Tras haber explorado los fundamentos de la filosofía Yoga, según le fuera impartida en el monasterio Yoga Sivananda de Rishikesh, el Swami Shivapremananda guía a sus discípulos hacia una comprensión más profunda de la realidad que los rodea, comenzando por la naturaleza.
Explica que la energía de la naturaleza es por sí misma neutral, que no es ni buena ni mala, sino que se rige por la teoría de la evolución, donde los que están más arriba en la cadena de evolución tienen más derecho que los que están más abajo. El Swami reconoce que esta visión puede parecer cruel, ya que la vida se alimenta de la vida. Sin embargo, durante el proceso de evolución, el hombre despertó su conciencia espiritual, lo que le permite trascender esa dinámica. Por ello:
La conciencia humana se pone a prueba debido a la teoría de la evolución.
El Swami continúa explorando el concepto del universo, afirmando que es material, pero no dual. Está gobernado por cuatro fuerzas fundamentales, que son: la gravedad, el electromagnetismo, la fuerza nuclear fuerte y la fuerza nuclear débil.
Señala que la ciencia aún no ha logrado unificar la relatividad con la teoría cuántica de las partículas, en una única ley. El universo se basa en la vibración (de campos invisibles).
El mantra Om simboliza una vibración primordial.
El mundo es una gran escuela de aprendizaje
Un lugar para desarrollarnos y educarnos espiritualmente.
El mundo proporciona los desafíos necesarios para fortalecer el carácter, ya que sin ellos no se crece.
La vida es lucha
Finalmente sugiere que el propósito de la vida es buscar la paz interior para descargar tensiones, sublimar el inconsciente, desarrollar el subconsciente, educar la mente consciente para no ser su esclavo, despertar los anhelos espirituales y avanzar hacia la realización del ser espiritual.
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