El inconsciente

Tiene un significado profundo y específico dentro de la filosofi Yoga, tal como lo sistematizó el sabio Patanjali, en el siglo V AC.

La mente se compone de cinco principios fundamentales, entre los cuales se incluye el inconsciente primordial, junto con el principio del yo, la inteligencia superior, el subconsciente y la mente consciente.

El inconsciente primordial se descrbe como el vasto mundo que se sitúa detrás del subconsciente. No solo contiene elementos esenciales, como las experiencias vividas, sino que también está relacionado con proyecciones de la inteligencia superior, que a veces se percibe como premoniciones o el “sexto sentido”.

Desde la perspectiva de esta filosofía, el inconsciente se asimila al sustrato de los instintos innatos (antar-chitta). En esa capa se asienta la ignorancia (avidya) y es el ámbito a través del cual opera la conciencia del propio ego (ahamkâra), teniendo sus raíces tanto en el subconsciente (vahir-chitta) como en el inconsciente.

Los instintos primordiales de auto preservación que modelan la individualidad y que se manifiestan desde los seis meses de edad, surgen de ese inconsciente primordial (antar-chitta).

Además, el cuerpo está formado y sostenido por los instintos primordiales, que radican en el inconsciente. El karma acumulado a lo largo de generaciones forma los instintos a nivel genético en el inconsciente, siendo el instinto de supervivencia uno de los primeros en nacer en esta esfera.

Sería un error negar la dualidad entre espíritu y materia, pues la mente, condicionada por las impresiones subconscientes acumuladas desde el nacimiento, forma parte de la materia y no del espíritu.

Se puede ver las similitudes entre el psicoanálisis, en particular del psicólogo Carl Jung y el yoga, afirmando que ambos investigan la mente, el subconsciente y el inconsciente para un mejor entendimiento de uno mismo, siendo este un propósito fundamental del Raja Yoga.

En la práctica de la meditación, el Kriya Yoga enseña a atravesar las capas de la mente: consciente, subconsciente e inconsciente, para purificarse y así dejar que surja la sabiduría del espíritu cósmico, que siempre estuvo presente.

En esta técnica, la región del entrecejo, conocida como agña, se refiere literalmente al inconsciente y místicamente, es el centro de la iluminación.

En resumen, el inconsciente (antar-chitta), constituye la base más profunda de la personalidad, donde residen los instintos primarios y el karma ancestral.

Es un campo esencial para la auto-investigación y la purificación personal, en el yoga, ya que permite comprender la raíz de las acciones, las predisposiciones y en última instancia, avanzar en el sendero espiritual.

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